En el año 2010 el Consejo de Europa redactaba unas recomendaciones para lograr una justicia verdaderamente adaptada a los niños, Guidelines on child friendly justice. Con la intención de saber algo más sobre la implementación en España de estos nuevos estándares, durante los meses de noviembre de 2015 a mayo de 2016 se llevaron a cabo observaciones de lo que sucede en las salas de justicia y en las salas de espera de diferentes juzgados de menores del territorio nacional. Sus resultados pueden consultarse aquí. Brevemente nuestro análisis llegó a las siguientes conclusiones.
En relación con los espacios, se pudo comprobar que las salas de espera no reúnen las condiciones necesarias para que los jóvenes se sientan cómodos. Con frecuencia están saturadas de gente y se percibe un ambiente tenso, se comparten los espacios entre víctimas y testigos, no se pueden mantener conversaciones confidenciales entre los abogados y sus jóvenes clientes, porque no se dispone de espacios reservados. En las salas de justicia, aunque los espacios son más apropiados y el ambiente es algo más tranquilo, se comprobó que todavía hay juzgados, en los que hay mucho simbolismo relacionado con la asimetría de las relaciones que se producen entre el justiciable y el encargado de impartir justicia.
Un balance más positivo puede hacerse de los recursos humanos de los que dispone la justicia. Por lo general, se apreció un esfuerzo por adaptar una práctica profesional caracterizada por el rigor y la formalidad, a una actuación más informal que pretende adaptarse a las circunstancias de los jóvenes infractores. Se comprobó que se proporcionaban explicaciones adicionales cuando se percibía que el joven acusado no parecía estar entendiendo o cuando se estimaba que lo que se está diciendo era lo suficientemente relevante como para que este comprendiera todo el mensaje que se le estaba enviando. De igual modo, se observó que los profesionales se mostraban preocupados por deparar un trato cordial y digno a los jóvenes. No obstante, hay aspectos que siguiendo los estándares internacionales deberían modificarse: el tono empleado por los actores legales sigue siendo excesivamente formal, en muchas ocasiones se les llama de usted, no se logra evitar todo el argot y el discurso es a veces difícil de comprender para alguien que no esté familiarizado con el mundo de las leyes, tanto por el uso todavía excesivo del lenguaje técnico como por la velocidad del discurso que es muy rápido. De igual modo, se constató que los retrasos son frecuentes.
Finalmente, fue muy interesante observar el comportamiento de los menores enjuiciados. Aunque la gran mayoría estaban atentos en el juicio y se comportaron correctamente, la mayoría estaban muy tensos y expresaban sus opiniones de manera mecánica. Por lo general, asienten a todo lo que se les preguntan y solo algunos preguntan dudas o expresan su opinión libremente.